¿Qué ocurre cuando encendemos el ordenador?
Cuando encendemos el
ordenador, la corriente eléctrica (1) llega al transformador de fuerza o
potencia (2). A través del conector (3) el transformador distribuye las
diferentes tensiones o voltajes de trabajo a la placa base, incluyendo el
microprocesador o CPU (4). Inmediatamente que el microprocesador recibe
corriente, envía una orden al chip de la memoria ROM del BIOS (5) (Basic
Input/Output System – Sistema básico de entrada/salida), donde se encuentran
grabadas las rutinas del POST ( Power-On Self-Test – Autocomprobación
diagnóstica de encendido) o programa de arranque. Si no existiera el BIOS conteniendo
ese conjunto de instrucciones grabadas en su memoria, el sistema informático
del ordenador no podría cargar en la memoria RAM la parte de los ficheros del
Sistema Operativo que se requieren para iniciar el arranque y permitir que se
puedan utilizar el resto de los programas instalados.
Una vez que el BIOS recibe
la orden del microprocesador, el POST comienza a ejecutar una secuencia de
pruebas diagnósticas para comprobar sí la tarjeta de vídeo (6), la memoria RAM
(7), las unidades de discos [disquetera si la tiene, disco duro (8),
reproductor y/o grabador de CD o DVD], el teclado, el ratón y otros
dispositivos de hardware conectados al ordenador, se encuentran en condiciones
de funcionar correctamente.
Cuando el BIOS no puede
detectar un determinado dispositivo instalado o detecta fallos en alguno de
ellos, se oirán una serie sonidos en forma de “beeps” o pitidos y aparecerán en
la pantalla del monitor mensajes de error, indicando que hay problemas. En caso
que el BIOS no detecte nada anormal durante la revisión, se dirigirá al boot
sector (sector de arranque del disco duro) para proseguir con el arranque del
ordenador.
Durante el chequeo previo,
el BIOS va mostrando en la pantalla del
monitor diferentes informaciones con textos en letras blancas y fondo negro. A
partir del momento que comienza el chequeo de la memoria RAM, un contador numérico muestra la cantidad de
bytes que va comprobando y, si no hay ningún fallo, la cifra que aparece al
final de la operación coincidirá con la cantidad total de megabytes instalada y
disponible en memoria RAM que tiene el ordenador para ser utilizada.
Durante el resto del proceso
de revisión, el POST muestra también en el monitor un listado con la relación
de los dispositivos de almacenamiento masivo de datos que tiene el ordenador
instalados y que han sido comprobados como, por ejemplo, el disco o discos
duros y el lector/grabador de CD o DVD si lo hubiera.
Cualquier error que
encuentre el BIOS durante el proceso de chequeo se clasifica como “no grave” o
como “grave”. Si el error no es grave el BIOS sólo muestra algún mensaje de
texto o sonidos de “beep” sin que el proceso de arranque y carga del Sistema
Operativo se vea afectado. Pero si el error fuera grave, el proceso se detiene
y el ordenador se quedará bloqueado o colgado. En ese caso lo más probable es
que exista algún dispositivo de hardware que no funcione bien, por lo que será
necesario revisarlo, repararlo o sustituirlo.
Cuando aparecieron los
primeros ordenadores personales no existían todavía los discos duros, por lo
que tanto el sistema operativo como los programas de usuarios había que
cargarlos en la memoria RAM a partir de un disquete que se colocaba en la
disquetera. Cuando surgió el disco duro y no existían todavía los CDs, los
programas se continuaron introduciendo en el ordenador a través de la
disquetera para grabarlos de forma permanente en el disco duro, para lo que era
necesario utilizar, en la mayoría de los casos, más de un disquete para
instalar un solo programa completo. Por ese motivo, hasta la aparición de los
lectores de CDs, el programa POST de la BIOS continuaba dirigiéndose primero a
buscar el sistema operativo en la disquetera y si como no lo encontraba allí,
pasaba entonces a buscarlo en el disco duro.
Si por olvido al apagar esos
antiguos ordenadores se nos había quedado por olvido algún disquete de datos
introducido en la disquetera, al encender de nuevo el equipo el proceso de
inicialización se detenía a los pocos segundos, porque el BIOS al leer el
contenido de ese disquete encontraba otro tipo de datos y no el sistema operativo. Cuando eso ocurría
solamente había que extraer el disquete de la disquetera y oprimir cualquier
tecla en el teclado. De inmediato el BIOS continuaba la búsqueda, dirigiéndose
al disco duro, lugar donde se encontraba y encontramos grabado todavía el
sistema operativo, incluso en los ordenadores más actuales.
Para conocer más sobre el funcionamiento del ordenador se muestra el siguiente vídeo:
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